jueves, 27 de noviembre de 2014

FLAMENCO


El flamenco es un estilo de música y danza propio de las comunidades de Andalucía, Extremadura y Murcia. Es un signo de identidad de la etnia gitana que ha desempeñado un papel esencial en su evolución. El flamenco tal y como lo conocemos hoy en día data del siglo XVIII, y existe controversia sobre su origen, ya que si existen distintas opiniones y vertientes, ninguna de ellas puede ser comprobada de forma histórica, aunque el diccionario de la RAE lo asocia a la etnia gitana [1] . De todas las hipótesis sobre su origen, la tesis más extendida es el origen morisco, sólo que el mestizaje cultural que se dio en Andalucía (oriundos, musulmanes, gitanos, castellanos, judíos, etc.) propició el origen de este género. Está considerado actualmente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a iniciativa de las Comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura y Murcia. Además es Patrimonio Cultural Inmaterial Etnológico Andaluz y está inscrito en el Inventario General de Bienes Muebles de la Región de Murcia establecido por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales.
El cante, el toque y el baile son las principales facetas del flamenco. En los últimos años, la popularidad del flamenco en Iberoamérica ha sido tal que en Guatemala, Costa Rica, Panamá, El Salvador y Puerto Rico han surgido diversas agrupaciones y academias de flamenco. En Japón el flamenco es tan popular que en ese país hay más academias de flamenco que en España.[2] [3] En noviembre de 2010 la Unesco declaró al flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.[4
Historia
El fandango, que en el siglo XVII era el cante y baile más extendido por toda España, con el tiempo acabó generando variantes locales y comarcales, especialmente en la provincia de Huelva. En la Alta Andalucía y zonas limítrofes los fandangos se acompañaban con la bandola, instrumento con el que se acompañaba siguiendo un compás regular que permitía el baile y de cuyo nombre deriva el estilo "abandolao". De este modo surgieron los fandangos de Lucena, los zánganos de Puente Genil, las malagueñas primitivas, las rondeñas, las jaberas, los jabegotes, los verdiales, el chacarrá, la granaína, el taranto y la taranta. A causa de la expansión de las sevillanas en la Baja Andalucía, el fandango fue perdiendo su papel de soporte del baile, lo que permitió un mayor lucimiento y libertad del cantaor, generándose en el siglo XX multitud de fandangos de creación personal. Asimismo, miles de campesinos andaluces, especialmente de las provincias de Andalucía Oriental, emigraron a los yacimientos mineros murcianos, donde los tarantos y las tarantas evolucionaron. La Tarante de Linares, evolucionó hacia la minera de la Unión, la cartagenera y la levantica. En la época de los cafés cantantes, algunos de estos cantes, se desligaron del baile y se adquirieron un compás libre, que permitía el lucimiento de los intérpretes. El gran impulsor de este proceso fue Antonio Chacón, quien desarrolló versiones preciosistas de malagueñas, granaínas y cantes mineros.
La estilización del romance y de los pliegos de cordel dio lugar al corrido. La extracción de los romances de cuartetas o de tres versos significativos dio lugar a las tonás primitivas, a la caña y al polo, que comparten métrica y melodía pero que difieren en su ejecución. El acompañamiento de la guitarra les dio un compás que las hizo bailables. Se cree que su origen estuvo en Ronda, ciudad de la Alta Andalucía cercana a la Baja Andalucía y muy relacionada con ella, y que desde allí llegaron al arrabal sevillano de Triana, con gran tradición de corridos, donde se transformaron en la soleá. De la interpretación festiva de corridos y soleares surgieron en Triana los jaleos, que viajaron a Extremadura y que en Jerez y Utrera derivaron en la bulería, desde donde se difundieron por toda la Baja Andalucía, generando variantes locales.
En los grandes puertos andaluces de Cádiz, Málaga y Sevilla se desarrollaron los tangos y los tientos, que tienen una gran influencia de la música negra americana. Asimimo en Cádiz se generó el grupo de las cantiñas cuyo palo central es la alegría.


Elaboro: Fabiola mena Bernardo 

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